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Plan de prevención para el patrimonio granadino

Monolito General Herrera

El Ayuntamiento de Granada llevará a cabo un plan con el que aspira a ‘blindar’ el patrimonio cultural que existe en la ciudad contra el deterioro que se produce por el material, la temperatura, las alteraciones externas u otros factores como el vandalismo.

Según ha explicado en rueda de prensa el concejal de Relaciones Institucionales y Patrimonio, Eduardo Caracuel, se trata de un proyecto que se desarrollará durante los tres próximos años en Granada, con el que se pretende salvaguardar el “importante” patrimonio de elementos urbanos que, junto con la finalidad de engalanar la ciudad, responde a la intención de perpetuar la memoria de ciertos personajes, lugares y hechos históricos.

La primera fase se abordarán los estudios, trabajos y documentos de referencia que permitan avanzar en la fijación de criterios y metodología, mientras que la segunda se acometerán proyectos e intervenciones en las que se materializará la adopción del trabajo teórico desarrollado en la fase anterior.

En el plan para ‘blindar’ el patrimonio urbano y cultural de la ciudad se incluyen cinco proyectos en monumentos en la vía pública, pintura de caballete, escultura, patrimonio documental y bienes en textil.

LA CONSERVACIÓN DE MONUMENTOS, PRIMER PROYECTO

De entre ellos, el primero que se desarrollará será el que se lleve a cabo para la conservación preventiva en el patrimonio municipal en la vía pública.

De este modo, el patrimonio artístico e histórico de la ciudad se puede agrupar en esculturas o monumentos erigidos a personas, esculturas colocadas con el único fin de embellecer calles o jardines o placas conmemorativas.

La mayor parte de estos elementos están realizados en piedra y elementos metálicos, lo que hace que pese a ser materiales resistentes a los procesos de alteración sí tengan degradación.

Entre las patologías generales de deterioro que contemplan se encuentran la temperatura y humedad, sales, luz, insectos patógenos, hielo, graffitis y manchas de pintura, corrosión, costras o incluso agentes biológicos como las aves, con las palomas como las más problemáticas en este sentido.

Las intervenciones inadecuadas, cambios por modas y condicionados por el aspecto estético, cambios por motivos religiosos o ideológicos o alteraciones derivadas de la contaminación ambiental también se recogen como otros de los motivos de alteraciones antrópicas.

EL MONOLITO GENERAL HERRERA, PRIMERA INTERVENCIÓN

El grupo de trabajo, que cuenta con un presupuesto de 20.000 euros anuales del área de Patrimonio, trabaja ya en el monolito General Emilio Herrera en Granada, una pieza de piedra y relieve metálico con referencias anatómicas del busto.

Entre las patologías que contempla se encuentran materiales constructivos degradados y pérdida de adherencia, suciedad superficial, presencia de depósitos y costras de carbonatación o agresiones vandálicas.

Pese a que su estado de conservación es malo, el tratamiento contará con una limpieza superficial del polvo, depósitos ambientales y suciedad generalizada, la limpieza mecánico química o un tratamiento antigrafiti en materiales pétreos y metálicos.

Caracuel ha señalado que ésta es solo una de las piezas que se pretenden mejorar, entre las que también se incluyen la estatua que existe en la calle Pavaneras, otra a Carlos V en la plaza de la Universidad o al Duque de San Pedro de Calatino.

La pretensión municipal consiste en detectar, evitar y retardar la aparición de los deterioros en los bienes patrimoniales de la vía pública, cuyo inventario está elaborado por los técnicos del área.

La restauradora independiente Carmen Tienza ha destacado que la intención de los restauradores sobre estas figuras contempla la consideración de las obras, el entorno y no desvirtuarlo, aunque ha destacado que los ciudadanos se han ido concienciando en sus plazas: “No podemos hacer un búnquer a cada pieza”.

 

Fuente: Luis F. Ruiz – Granada Digital